Las relaciones con los iguales son esenciales para el adecuado desarrollo de los niños. Sin embargo, algunos niños pueden presentar dificultades para establecer y asentar dichas interacciones sociales, y las causas pueden ser diversas: timidez, inhibición social, dificultades para tomar la iniciativa, falta de habilidades sociales, agresividad o impulsividad, etc. Cuando un niño tiene problemas para relacionarse, sea cual sea la causa, su vida social se resiente y puede llegar a presentar problemas a nivel emocional. Es fundamental que detectemos este tipo de problemas en la vida del niño para poder iniciar una intervención que mejore sus interacciones sociales con los iguales.
Tu hijo/a podría estar presentando problemas para relacionarse si se dan algunas de las siguientes situaciones:
La intervención dependerá de la naturaleza del problema que origina las dificultades en las relaciones. En cualquier caso, un profesional de la psicología deberá realizar una evaluación adecuada de la situación del niño y llevará a cabo un programa de intervención para mejorar sus habilidades sociales, su asertividad y su estado emocional, de cara a optimizar sus interacciones con los iguales.
En muchas ocasiones, niños diversos trastornos (por ejemplo, trastorno del lenguaje, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastorno del espectro autista…) pueden presentar problemas para relacionarse, por lo que es necesario descartar la presencia de dichos trastornos antes de realizar la intervención.