Entendemos por Trastorno de la Personalidad el patón permanente de comportamiento y de experiencia interna de una persona que se aparta, de manera significativa, de las expectativas culturales del sujeto.
Podríamos decir que es una “manera de ser y estar”, es un fenómeno generalizado, poco flexible y estable en el tiempo que comienza en la adolescencia o juventud y que tiene repercusiones negativas en las distintas facetas de vida de la persona.
Hay diez tipos específicos de Trastornos de la Personalidad según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), que son los siguientes:
– Trastorno de personalidad paranoide: se trata de un patrón de comportamiento basado en la suspicacia y la desconfianza, interpretando las intenciones del resto de personas como negativas y malévolas.
– Trastorno de personalidad esquizoide: un patón de distanciamiento de las relaciones con otras personas y una reducida expresión emocional.
– Trastorno de la personalidad esquizotípica: un patón de malestar agudo en las relaciones íntimas con otras personas, además de un comportamiento excéntrico y distorsiones perceptivas o cognitivas (en percepción y pensamiento).
– Trastorno de la personalidad antisocial: un patrón de comportamiento basado en el desprecio y la violación de los derechos de otras personas.
– Trastorno de la personalidad límite: se basa en un patrón de inestabilidad en las relaciones con otras personas, en la imagen acerca de uno mismo, gran impulsividad e inestabilidad en el afecto.
– Trastorno de la personalidad histriónica: basado en un patrón de emotividad y búsqueda de atención excesiva.
– Trastorno de personalidad narcisista: se trata de un patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía.
– Trastorno de la personalidad evitativa: basado en un patrón de inhibición social, sentimientos de inadecuación e hipersensibilidad a la evaluación negativa.
– Trastorno de la personalidad dependiente: basado en un patrón de comportamiento sumiso y la adhesión a una necesidad excesiva de ser cuidado.
– Trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo: patrón de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control.
El tratamiento psicológico en los Trastornos de la Personalidad es importante para mejorar la calidad de vida de estos pacientes. Sin embargo, es un tratamiento largo y complejo.
Tras una evaluación exhaustiva, el tratamiento basado en la corriente cognitivo-conductual incluye una disminución de la sintomatología, la reducción del deterioro en el funcionamiento social y laboral de la persona, la modulación de la dimensión temperamental de la personalidad y la modificación del carácter o los esquemas de la personalidad.
– Las características de los Trastornos de Personalidad se vuelven generalmente reconocibles durante la adolescencia o vida adulta.
– Pueden aplicarse de manera excepcional a niños o adolescentes, cuando los rasgos desadaptativos de la personalidad son especialmente marcos, persistentes y es poco probable que se deba o limite a un tiempo determinado del desarrollo o a otro tipo de problema psicológico.
– Para que el diagnóstico se haga en menores de 18 años, las características propias del trastorno deben estar al menos un año.
– Para tener en cuenta si es o no un trastorno de personalidad, es imprescindible tener en cuenta la etnia y el origen social y cultural de la persona.